Mercadona en la lucha contra el ISIS
Inédito (2022)
Lo que aquí se plantea podría ser una utopía para algunos y una distopía para otros, en cualquier caso se habla de un presente paralelo con solo unos ligeros cambios respecto a nuestra realidad. Algunos lectores ni siquiera podrán discernir entre lo real y lo ficticio.
En este presente paralelo la competitividad empresarial es más agresiva que en nuestra realidad; esto se debiera a que la gente tiene menos interés en la diferenciación de productos, y a que las posibilidades técnicas son bastantes igualadas entre todos los agentes del mercado. Es decir, cada euro invertido en mejorar tu sistema productivo tiene un impacto mínimo en la posibilidad de ofrecer un producto más barato o más eficaz. Esto pone todo el peso de la ventaja competitiva en los valores de marca y la responsabilidad social.
Las empresas se dejan el lomo reforestando bosques y selvas, no hay casa de ancianos que no esté patrocinada y, paradójicamente, las marcas de embutidos han construido cientos de santuarios animales por todo el país. No basta con hacerlo, hay que decirlo; y por ello ir al supermercado se ha convertido en un agotamiento moral.
“Comprando atún Milvo contribuye en la lucha contra el cáncer de próstata”.
“Elige cebollas Buti, elige proteger a los últimos linces ibéricos”.
“Cacahuetes Yurmendi dice NO al fascismo”
Hasta la última lata de cerveza te obliga a posicionarte con una causa, de hecho se considera egoísta que elijas los productos por su sabor o la calidad; y las diferencias de precios son mínimas en esta realidad.
Pero una nueva posibilidad está reorientando las opciones de la responsabilidad social. No es una opción fácil ya que los costes son altos y la logística difícil. Esto implica que empresas con más recursos podrán diferenciarse a través de esta línea de empresas más humildes. Es una verdadera oportunidad. Hablamos de la dimensión geopolítica.
Este mejunje capitalista-patriótico está funcionando muy bien en Estados Unidos y ha llegado a España con un éxito superior al esperado. El primer gran punto se lo ha anotado Mercadona ¿Su logro? Ha financiado y dirigido una operación para abatir al número dos del autodenominado Estado Islámico. Además lo ha conseguido.
Este arriesgado ejercicio militar que ha llevado en secreto hasta su completa ejecución ha dejado temblando a los otros supermercados. La gente se apelotona en las puertas del “supermercado que ha descabezado al ISIS”. El viejo eslogan de Mercadona que no decía nada al consumidor “Mercadona: siempre precios bajos” ha sido sustituido por un vigoroso “Mercadona: guardianes del statu quo”. A menudo el hilo musical se interrumpe para dar paso a una confiada voz que recuerda el reciente acto heroico, las reacciones son siempre las mismas: aplausos y vitoreos por los pasillos del supermercado.
Además de la gran afluencia que tiene el ahora favorito supermercado de España, Mercadona sigue trabajando sus promociones internas para mover el consumo hacia donde más le interesa. En sus secciones hay grandes carteles que te invitan a participar en la promoción de tal producto, en el que cada euro que gastes donan 10 céntimos al espionaje en zona terrorista o tal otro en el que la mitad de las ganancias van al armamento de civiles en zona vulnerable. Algunas promociones, como el caso de los brick de salmorejo, se opta por lo sentimental y los donativos van a familiares de soldados caídos en la operación. Se venden como churros, o mejor aún, ya que los churros solo tienen un 3x2.
Muchas empresas competidoras han desistido directamente de tan ambicioso objetivo, pero no todas van a dejar pasar tal oportunidad. En portales de empleo Carrefour ya ha publicado una oferta para “Estratega militar senior” y Alcampo de “consejero en geopolítica”.